Mañana fría, helada. Hemos pasaso de los 34 grados en tierras Sevillanas a estar alrededor de 5º C esta mañana o incluso menos. La subida ha sido dura, pero la bajada ha sido peor.
Nada mas salir del albergue hemos empezado a subir el puerto,1.352 metros de altitud de la Portilla del Padornelo. Subimos por carretera tanto los bicigrinos como los peregrinos ya que debido a la llegada del AVE a Galicia los caminos estan cortados. El desfile de caminos es constante en algunos tramos, pero nosotros seguimos concentrados en el camino. El permanente murmullo del río y de las aguas como consecuencia de las lluvias nos acompañan y el verde intenso nos envuelve dentro del paisaje, mientras seguimos ganando altura de manera gradual.
Durante el ascenso, hoy por primera vez en todo el camino, tenemos que sacar el chubasquero.
Una vez arriba del puerto empezamos la bajada, que es un infierno. Hacía tiempo que no pasaba tanto frío. El dolor en los dedos de las manos y los pies es tan intenso que no nos permite pensar en otra cosa que no sea el final del descenso. La sensación de que nuestro peor enemigo nos está clavando cuchillos en los dedos sería la forma más visual de describirlo. La lluvia además nos esta mojando el cuerpo, a pesar del chubasquero, las tierras gallegas están cerca y van a recibirnos con su peor cara. En la bajada durante unos kilómetros, primero por el arcén de la nacional y luego por una carretera secudaria nos dirigimos a Lubián. Esta localidad es la última de Castilla y León, y aunque hoy no sobrepasa los 350 habitantes, en sus edificaciones se refleja lo que sin duda tuvo que ser un pasado mejor.
Nos detemos a almorzar y a tomar fuerzas, aunque la parada es breve porque nos enfriamos con facilidad.
La ruta continúa después con otra larga subida de casi 4 Km hasta la Portela de Canda. El trazado va ganando altura sin bruscos desniveles, y con la vista puesta en la autovía, que asciende uniforme por la vertiente contraria. Al llegar al puerto se alcanzan los 1.262 m de altitud y se deja atrás Castilla y León, para entrar definitivamente en Galicia por la provincia de Ourense a unos 246 km de Santiago.
Nos tomamos un café con leche para entrar en calor y esperar a que ceda la lluvia, o que por lo menos amaine. Es casi medio dia y al parecer en un rato saldría el sol.
Salimos de nuevo por asfalto, y a nuestra llegada a A Gudiña nos metemos por camino que discurre por carreteras secundarias. Nos encontramos a mil metros de altura y los valles son impresionantes. Atravesamos pequeñas poblaciones, casi abandonadas llamadas Ventas. La pista bordea desde las alturas el amplio desfiladero en que se asienta el Embalse das Portas, que es el elemento central del Parque Natural O Invernadeiro.
El descenso ha sido lo mejor de hoy, he disfrutado del paisaje y de la sensación de libertad que ha sido increíble. Por carretera desde las alturas hemos llegado a la parte más baja de la montaña con una sensación de felicidad que me ha hecho olvidar lo mal que lo he pasado esta mañana.
Laza es una localidad asentada en el fondo de un valle rodeado de montañas y situado en la cabecera del Río Támega. Es capital de un municipio con algo más de 1500 habitantes que se encuentran diseminados en numerosos núcleos de población.
Cenamos una riquísima cena.
A dormir!
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